Las aguas residuales cargadas de sólidos y grasas entran en el primer compartimento de la trampa de grasas, donde los sólidos más pesados decantan hacía el fondo del depósito, gracias a la primera pared deflectora. Aquí también se realiza una separación de las grasas y aceites menos emulsionados por diferencia de peso específico, que flotan hacia la superficie y se van acumulando en la parte superior del depósito. Posteriormente el agua, que todavía contiene un elevado porcentaje de grasas, sigue un recorrido en el interior del depósito obligada por la segunda pared deflectora superior, que la obliga a realizar un flujo ascendente hasta entrar en el segundo compartimento.

Las grasas y aceites flotan hacia la superficie del depósito y se acumulan en su zona superior. Posteriormente el agua ya libre de aceites, grasas y sólidos pasa al tercer y último compartimento donde será vertida desde la zona intermedia de este compartimento por mediación de una tubería sifónica, evitando así la salida de las grasas acumuladas en la parte superior y de los sólidos decantados en la parte inferior.